En ocasiones los usuarios tienden a confundir la transmisión del vehículo con la caja de cambios, en este artículo aclararemos cuales son estos componentes del vehículo y en qué se diferencian. Además, explicaremos por qué se utiliza el mismo aceite para ambos componentes y cuál es su función.
El sistema de transmisión de un vehículo está compuesto por todos aquellos elementos que permiten el giro del motor para lograr el movimiento del vehículo. Los elementos que forman parte de este sistema son: el embrague, la caja de cambios, el árbol de transmisión, el puente trasero, las juntas homocinéticas y los palieres o semiejes.
El cigüeñal es una de las partes básicas del motor de un vehículo, este componente es el encargado del movimiento rotativo que va directamente a las ruedas del vehículo y forma parte de este sistema. En conclusión, la de un vehículo es el sistema compuesto por un conjunto de elementos que permiten el desplazamiento final del automóvil, partiendo del giro que produce el motor.
Por otra parte, la caja de cambios es el conjunto de engranajes que permiten variar el giro del motor, sin alterar su velocidad. La caja de cambios es uno de los elementos fundamentales que conforman el sistema de transmisión, el cual se encarga de la unión entre el cigüeñal y las ruedas.
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Existen dos tipos de cajas de cambios: las automáticas y las manuales. En las cajas manuales, es el conductor quien debe hacer los cambios de la transmisión del vehículo, es el encargado de mantener la marcha del mismo, mientras que en las cajas automáticas, cuentan con los mecanismos necesarios para mantener la transmisión del vehículo, sin necesidad de intervención del conductor.
Como podemos observar, la diferencia entre estos dos componentes es que, la caja de cambios es uno de los componentes del sistema de transmisión, encargado de unir el cigüeñal con las ruedas del vehículo, mientras que la transmisión es un sistema encargado del movimiento del vehículo.
En cuanto al aceite o lubricante que se utiliza para el sistema de transmisión es el mismo que se aplica a la caja de cambios, su función es mantener la lubricación de este sistema, permitiendo así el movimiento de las ruedas.
El cambio de aceite de la transmisión no se realiza de forma tan frecuente como el del motor del vehículo, algunos fabricantes recomiendan hacerlo en caso de cajas automáticas cada 60.000 kilómetros y, en caso de cajas manuales, cada 120.000 kilómetros. Sin embargo, hacen referencia a que mientras no haya fugas o el sistema no lo requiera, no es necesario realizar este cambio.
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