La mecánica ligera se refiere al mantenimiento preventivo de nuestros vehículos y a la corrección y detección de fallas básicas del motor, sistema eléctrico e inyección, sistema de combustible, frenos, tren delantero y suspensión.
En estas no están incluidas las reparaciones mayores de motor, desmontaje de transmisiones automáticas, sincrónicas y su reparación.
Es importante que hablemos un poco de los puntos clave que hay que tener en cuenta a la hora de llevar el auto al taller de mecánica ligera.
Existen talleres de mecánica ligera donde los especialistas van a realizar controles y un diagnóstico del estado general del vehículo para que podamos usarlos con tranquilidad, seguros de que todo funciona correctamente vayamos donde vayamos.
Para tener en claro el completo y real del estado mecánico de nuestro vehículo, además del diagnóstico computarizado o escaneado, se van a revisar distintos componentes el circuito eléctrico, como por ejemplo se controla que no haya ninguna falla que -como consecuencia-, genere desperfectos en los demás elementos que se conectan con sensores.
Otra cosa que se debe inspeccionar en la mecánica ligera es el líquido refrigerante o anticongelante que recorre el radiador y evita que se congelen los sistemas internos
En cuanto a los cauchos se verifica si hay o no hay desgaste y si la presión es la correcta, puesto que si la presión es muy baja esto repercute en la vida útil de las cubiertas y aumenta el consumo de combustible, y si por el contrario es muy alta, reduce el agarre al suelo.
El balanceo de las ruedas, la amortiguación, una mirada general al motor, la suspensión, el estado de las baterías, tren delantero y tren trasero también forman parte de la mecánica ligera.
En resumen, es importante no pasar por alto los pequeños detalles que se incluyen en la mecánica ligera, ya que al mínimo descuido o falta de mantenimiento podemos quedarnos varados, un punto muy importante es que a la hora de decidir dónde realizar esta verificación lo hagamos en un lugar de confianza, que cuente con profesionales capaces de realizar la evaluación del carro.
Lo ideal es seguir la recomendación de los fabricantes de cada marca, que suelen aparecer en los manuales técnicos que se entregan al comprar el carro. Es aconsejable llevarlo por primera vez al cumplir 10.000 kilómetros.
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