El filtro de combustible es una parte esencial tanto de los motores de diesel como de los motores de gasolina, debido a que es el encargado de mantener y asegurar el buen funcionamiento del motor.
Este filtro se trata de una malla de protección que evita que las impurezas y residuos del combustible lleguen al circuito de inyección del vehículo, a la bomba de presión, al circuito de alimentación o a los inyectores.
Los principales problemas que afectan al filtro de combustible provienen de la suciedad, además el uso normal del vehículo produce desgaste en el filtro, donde se van acumulando pequeños residuos que pueden llegar a impedir la correcta circulación del combustible.
Una de las más sencillas maneras de identificar si el filtro de combustible está sucio o tiene alguna obstrucción es desmontarlo y soplarlo, si está en buenas condiciones el aire pasará sin problemas, en caso contrario, el aire no pasará.
La mayoría de los fabricantes recomiendan el cambio de este filtro cada 60.000 km, sin embargo muchos dicen que es mejor cambiarlo cada 30.000 km.
Conoce más sobre el filtro de gasolina en el siguiente artículo: Filtro de gasolina.
Síntomas de filtro de combustible sucio u obstruido
Cuando este filtro se encuentra sucio u obstruido, afecta principalmente al consumo y a la potencia del motor en altas revoluciones. Algunos de los síntomas que pueden indicar que algo anda mal en el filtro combustible son las siguientes:
- Ruido del motor: si el filtro está sucio, al arrancar el ruido del motor suele ser extraño.
- Dificultad de arranque: los problemas con el filtro de combustible pueden llegar a cortar el flujo de, por lo que al vehículo le puede costar arrancar, incluso, si hay obstrucción total es muy probable que no arranque.
- El vehículo se para: esto debido a la llegada de poca gasolina al motor o el hecho de que llegue contaminada.
- Problemas en rendimiento y aceleración: aunque pueda ser poco perceptible pueden producirse incrementos y descensos de potencia intermitentemente, esto se puede comprobar si al exigir un incremento de potencia en un momento concreto, el coche no responde.
- Aumento de consumo de combustible: esto sucede ya que al fallar el flujo, el coche necesita más combustible para hacer funcionar el motor, lo que aumenta el consumo.
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